Este fue el primer trabajo y surgió cuando quisimos comprar dos lámparas de velador para nuestro dormitorio, durante una visita a Bariloche; y que además de ser muy caras no eran muy bonitas y creaban un problema para trasladarlas. Entonces, compramos sólo las pantallas y al llegar a Santiago, pensamos en hacer las lámparas con ramas caídas o podadas de árboles del Cajón del Maipo, sector "el Ingenio". Así fue y luego de escoger las ramas adecuadas, se realizó el trabajo que hasta hoy nos acompaña durante las noches hogareñas. Por supuesto que en Bariloche, una muchacha artesana nos fabricó los duendecillos que instalamos como custodios al pié de cada lámpara...
Amigo, si supieras lo que se paga aqui en Buenos Aires por obras como estas que hoy descubro en tu página!, felicitaciones! y gracias por "crear" un mundode ensueño.Saludos desde HADALÚ, http://hadalu.blogspot.com
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Supieras lo que significa el proceso de construir cada elemento: mucha inspiración mágica y un ambiente muy especial.
ResponderEliminar